Pienso en los colores que no nos entran por los ojos, esos que se huelen y se tocan, esos que cuentan secretos. Como casi siempre, el azul se torna algo verde si lo escucho, el naranja se estornuda y me da sed, el amarillo me quita el sueño. Tu color también es raro, a veces claro, otras veces marrón nuez. No sé cuántos colores te pusiste esta mañana a través de la piel, pero yo te veo siempre encendido hasta que anocheces.